Las relaciones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos atraviesan uno de sus momentos más tensos en los últimos años, luego de que la Casa Blanca decidiera retirar visas a varios funcionarios del Gobierno colombiano. La medida responde, según fuentes oficiales, a “declaraciones infundadas y reprobables” por parte de altos mandos del Ejecutivo colombiano.
La situación escaló tras el anuncio del senador y secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, quien confirmó la decisión de llamar a consultas al encargado de negocios en Bogotá, John McNamara. En una respuesta inmediata, el presidente Gustavo Petro ordenó el retorno a Colombia del embajador Daniel García Peña, quien representa al país en Washington.
“Todas mis cartas y comunicaciones al presidente Trump las he escrito personalmente, y este comunicado igualmente lo hago desde mi pensamiento y mis manos”, expresó Petro en redes sociales, al anunciar la medida de reciprocidad diplomática.
Pero el gesto no calmó las tensiones. Por el contrario, el Gobierno estadounidense respondió con una decisión más contundente: la cancelación de visas a varios funcionarios del Gobierno Petro, siendo el embajador de Colombia en México, Fernando García, uno de los primeros afectados.
En medio del creciente malestar bilateral, el presidente Petro advirtió que existen “fuerzas de la derecha extrema” que estarían buscando debilitar las relaciones diplomáticas con Washington. “Les interesa cortar las relaciones entre Colombia y Estados Unidos para perjudicar la lucha contra el narcotráfico”, sostuvo el mandatario durante un discurso oficial, al tiempo que reiteró: “Colombia no es el enemigo”.
Pese a las tensiones, Marco Rubio manifestó su esperanza en que se pueda superar el impasse diplomático y retomar el tono constructivo entre ambos países. “Esperamos preservar los lazos y avanzar hacia una relación renovada con Colombia”, expresó.
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