
La reciente muerte de Miguel Uribe ha generado una profunda consternación en el país y ha traído a la memoria una dolorosa secuencia de magnicidios que han marcado la historia política de Colombia. A lo largo de las décadas, varios líderes presidenciables han sido víctimas de la violencia, dejando huellas imborrables en la democracia nacional.
🔴 Jaime Pardo Leal
Abogado y líder de la Unión Patriótica, fue asesinado el 11 de octubre de 1987. Su muerte inauguró una trágica lista de ataques contra figuras políticas que emergían tras los acuerdos de paz con las FARC.
🔴 Bernardo Jaramillo Ossa
También dirigente de la UP y candidato presidencial, fue asesinado en 1990 por un sicario de 16 años en el aeropuerto El Dorado. El nombre de Pablo Escobar apareció entre los señalados como responsables del crimen.
🔴 Luis Carlos Galán
Ese mismo año, el país se estremeció con el asesinato del líder del Nuevo Liberalismo. Su férrea postura contra el narcotráfico lo había convertido en el favorito de las elecciones. Fue asesinado en Soacha, en plena plaza pública, en un crimen que involucró mafias, políticos y agentes estatales.
🔴 Carlos Pizarro Leongómez
Excomandante del M-19 y candidato presidencial tras firmar la paz con el gobierno. Fue asesinado en 1990 a bordo de un avión mientras viajaba a Barranquilla.
🔴 Álvaro Gómez Hurtado
Conservador y tres veces candidato presidencial, fue asesinado el 2 de noviembre de 1995 en Bogotá. Durante años se especuló sobre los responsables, hasta que las FARC reconocieron su participación.
🔴 Jorge Eliécer Gaitán
Su asesinato el 9 de abril de 1948 es uno de los más recordados en la historia del país. El caudillo liberal era una figura popular y su muerte desencadenó el Bogotazo, marcando el inicio de una era de violencia política.
La muerte de Miguel Uribe no solo enluta a sus seguidores, sino que revive el temor de que la violencia siga siendo una amenaza latente para quienes aspiran a liderar el país. En medio del dolor, se renueva el llamado a proteger la vida y fortalecer las garantías democráticas.
Se el primero en dejar un comentario