
La noche del viernes se llevó lo más valioso que tenía una madre en Santa Marta: a sus dos únicos hijos varones. Anthony y Omar Beleño Lea iban rumbo a casa, pero jamás llegaron.
En la Troncal del Caribe, entre el barrio La Lucha y Gaira, un bus, al parecer, les cerró el paso, y la moto en la que viajaban chocó contra la parte trasera de un vehículo, producto de la velocidad que llevaban y tras no poder frenar a tiempo.
El camino que tantas veces recorrieron juntos se convirtió en el lugar donde quedaron apagados sus sueños, dejando tras de sí un silencio imposible de llenar en su núcleo familiar.
Ahora, esa madre debe vivir el dolor más duro que puede cargar un corazón: despedir a Anthony y Omar en un mismo ataúd de lágrimas.
La casa que antes se iluminaba con sus voces hoy está sumida en un vacío indescriptible. La tragedia no solo quebró a una familia, también estremeció a sus amigos, conmovidos, el duelo de una mujer que perdió en una sola noche todo aquello por lo que su alma latía.
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