La red de alcantarillado sanitario de la capital cordobesa enfrenta una preocupante situación debido al uso inadecuado que algunos residentes están haciendo de esta infraestructura.
Durante el fuerte aguacero registrado el pasado sábado 16 de agosto, en varios sectores se observó la remoción intencional de tapas de manjoles para evacuar el agua de lluvia, una práctica que está comprometiendo seriamente la funcionalidad del sistema.
Uno de los casos más visibles ocurrió en el barrio 6 de Marzo, donde se reportaron rebosamientos y daños en las redes tras el retiro de estas cubiertas. Aunque algunos ciudadanos recurren a esta acción como medida desesperada frente a inundaciones, técnicos y autoridades advierten que el impacto de estas intervenciones es altamente negativo.
“Cuando se permiten ingresos de aguas lluvias al sistema sanitario, se está forzando una infraestructura que no fue diseñada para ese propósito”, explicaron fuentes oficiales. El resultado de esta sobrecarga es el taponamiento de las tuberías, el colapso de los colectores y, en última instancia, el vertimiento de aguas residuales sin tratar, lo que representa un riesgo para la salud pública.
Además de esta práctica, se ha detectado una alarmante proliferación de conexiones ilegales entre desagües pluviales de viviendas —particularmente en nuevas urbanizaciones— y la red sanitaria. Estas conexiones no solo son contrarias a la normativa vigente, sino que alteran el equilibrio del sistema y reducen su eficiencia para transportar aguas residuales domésticas hacia su tratamiento correspondiente.
Es importante recordar que Montería no cuenta con una red subterránea exclusiva para el manejo de aguas lluvias. En su lugar, se dispone de canales a cielo abierto para facilitar el drenaje en temporadas de lluvia, lo cual exige una mayor conciencia ciudadana sobre el uso adecuado de las infraestructuras disponibles.
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