
En una declaración que estremeció al país, el presidente Gustavo Petro confirmó este sábado que el helicóptero de la Policía destruido en Amalfi, Antioquia, fue víctima de una emboscada premeditada con explosivos enterrados bajo tierra.
Según el mandatario, el terreno donde aterrizó la aeronave había sido preparado con antelación por los atacantes. “Era una trampa destinada a destruir a quienes se ubicaran allí. Los policías, sin saberlo, ocuparon el punto más alto, como indica la lógica militar, y fue precisamente ahí donde detonó el artefacto mortal”, señaló Petro.
El jefe de Estado detalló que los cilindros con explosivos estaban ocultos a más de un metro de profundidad en una colina que, a simple vista, no levantaba sospechas. Todo indica que el terreno fue manipulado días o incluso meses antes para preparar el ataque.
El presidente explicó que la decisión de aterrizar allí se tomó en medio de un enfrentamiento terrestre, en una zona donde ya existían trincheras y estructuras construidas con anterioridad. Esto, dijo, refuerza la hipótesis de que el lugar fue escogido para atraer a las tropas. Incluso, sugirió que los agresores pudieron haber interceptado las comunicaciones o deducido estratégicamente el lugar de llegada.
Petro reveló que el atentado se produjo cuando los uniformados intentaban evacuar en medio de la operación. “La explosión fue devastadora. El subteniente que grababa la escena murió, pero su celular quedó intacto, como testigo silencioso de la tragedia”, relató.
El mandatario contextualizó el hecho dentro de las labores de erradicación manual de cultivos de hoja de coca en la vereda El Toro, una zona históricamente golpeada por el narcotráfico. En ese sentido, cuestionó la presión ejercida —según él— por autoridades regionales, incluido el gobernador, que forzaron una intervención en una zona dominada por grupos armados ilegales.
Petro aprovechó para reiterar su posición frente a la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos, manifestando que ha accedido parcialmente a aplicar la erradicación forzada, pero advirtió que esta debe enfocarse en cultivos industriales y no en pequeños sembradíos de campesinos.
“El gobierno de Santos redujo los cultivos. Con Duque se dispararon a 230 mil hectáreas. En mi gobierno hay 250 mil, y el consumo en Europa sigue creciendo”, apuntó Petro, en un balance de las cifras del narcotráfico.
Finalmente, conmovido, el presidente envió un mensaje a las familias de las víctimas: “Lloro por los jóvenes sacrificados. Se suman a más de un millón de muertos en América Latina por esta mal llamada guerra contra las drogas. El mundo debe reconocer el sacrificio de nuestro pueblo, que ha sido dejado en soledad”.
El atentado ha causado conmoción en todo el país y vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre la estrategia antidrogas en Colombia y su impacto directo en las comunidades rurales.
Se el primero en dejar un comentario