Un trágico tiroteo ocurrió el miércoles por la mañana en la Escuela Católica de la Anunciación en Minneapolis, cuando Robin Westman, de 23 años, abrió fuego contra estudiantes durante una misa escolar. El ataque dejó dos niños muertos, de 8 y 10 años, y 17 personas más heridas, entre ellas 14 menores y tres adultos mayores.
Según el jefe de policía de Minneapolis, Brian O’Hara, la agresora disparó decenas de veces desde el exterior de la iglesia con un fusil, una escopeta y una pistola antes de quitarse la vida en el estacionamiento del lugar. Testigos relataron escenas de pánico, con alumnos cubriéndose entre las bancas mientras escuchaban los disparos.
Las investigaciones revelaron que Westman tenía una “fascinación perturbada” por tiroteos masivos y dejó cientos de páginas con escritos de odio hacia diversos grupos. Entre sus pertenencias se encontraron armas con mensajes dirigidos contra la religión, figuras políticas y comunidades enteras, incluyendo lemas antisemitas y frases homofóbicas.
Este ataque se suma a la creciente cifra de tiroteos escolares en Estados Unidos: el de Minneapolis es el 44º del año, lo que ha reavivado los debates sobre el control de armas en el país. Las autoridades aseguraron que, hasta el momento, el tiroteo no parece estar relacionado con otros incidentes recientes en la ciudad.
Los estudiantes y feligreses afectados reciben atención médica, mientras que la comunidad educativa y religiosa enfrenta un proceso de duelo. La policía continúa con la recolección de evidencia y el análisis de los escritos de Westman para comprender las motivaciones detrás de este acto de violencia incomprensible.
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