El debate por el aumento del salario mínimo para 2026 arrancó con tensión. En pleno inicio de diciembre, el presidente Gustavo Petro reavivó la discusión con un mensaje desde su cuenta de X, donde resaltó la importancia del incremento salarial para el dinamismo económico y lanzó una fuerte crítica al liderazgo gremial. “Hablar nunca es perder tiempo. Si los trabajadores ganan más, más ganan los comerciantes”, afirmó el mandatario, para luego añadir: “Esto pasa por poner gente que añora la esclavitud al frente de los gremios”.
El pronunciamiento del presidente coincidió con el arranque formal de la mesa tripartita de negociación, instancia clave para concertar el porcentaje de aumento. Sin embargo, el ambiente se tensó antes de iniciar: Fenalco anunció que no participará en el proceso, lo que marca un precedente en las conversaciones de fin de año. Jaime Alberto Cabal, presidente del gremio, fue claro al señalar que “Petro y Benedetti irrespetaron la concertación”, asegurando que el Gobierno presentó propuestas previas sin considerar las variables que normalmente sustentan la decisión final.
La molestia del gremio surge tras la propuesta revelada por el ministro del Interior, Armando Benedetti, quien planteó un incremento de al menos el 11 %. Según Fenalco, la iniciativa se presentó sin soporte técnico, sin discusión previa y dejando sin contenido el diálogo social. Para Cabal, este anuncio “carece de soporte técnico y en ningún escenario ha sido discutida, vacía de contenido el diálogo social, desconoce los compromisos internacionales de Colombia, y envía un mensaje de profunda inseguridad sobre la solidez de la institucionalidad laboral”.
El sector empresarial advierte además que un aumento de dos dígitos sería más del doble de la inflación, indicador base para definir el ajuste salarial. Fenalco insiste en que una decisión de esa magnitud podría impedir que la inflación ceda y tendría efectos negativos sobre la economía nacional. En palabras de Cabal, impulsar una propuesta así “en las actuales circunstancias de la economía colombiana, se envía una señal clara de que no se pretende que la inflación ceda en el país. Sería un hecho sin precedentes”.
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