El uniformado halló un cargamento avaluado en más de $15.000 millones y rechazó la oferta de los implicados, quienes le pidieron que él mismo fijara el precio del soborno.
Durante un control vial en la carretera que comunica a Mocoa con Pitalito, el sargento viceprimero Enrique Pulido Acevedo protagonizó un acto de integridad que hoy es destacado por las autoridades militares. Al inspeccionar un vehículo que generó sospechas, él y su pelotón desarmaron el tanque de combustible y encontraron 28 lingotes de oro ocultos, un cargamento valorado en más de $15.000 millones.
Al verse descubiertos, los ocupantes del vehículo recurrieron a un desesperado intento por evitar la captura. De acuerdo con los reportes oficiales, ofrecieron un millonario soborno al sargento Pulido, incluso invitándolo a poner “el precio” y asegurando que podían transferir el dinero de inmediato con tal de recuperar el oro.
El militar rechazó sin titubeos cualquier oferta ilícita, informó de inmediato a sus superiores y reforzó los controles en la zona. También ordenó la captura de los dos implicados, garantizando la custodia del material incautado y evitando que la corrupción interfiriera en el procedimiento.
La conducta del sargento Pulido fue resaltada por las autoridades como un ejemplo de honor, disciplina y compromiso con el país, en un caso que pudo haber tenido un desenlace muy distinto de no ser por su firme actuación.
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