
Un gesto de generosidad que parecía ser motivo de celebración terminó convertido en un caso de indignación nacional. Una mesera recibió una propina cercana a los 15 millones de pesos tras atender a un grupo de empresarios que quedaron impresionados con su servicio.
La suma fue reunida entre varios clientes como reconocimiento a su dedicación y profesionalismo. Sin embargo, el hecho dio un giro inesperado cuando el gerente del restaurante le exigió entregar el dinero para repartirlo entre todo el personal, incluso entre quienes no participaron en la atención. La trabajadora se negó y, días después, fue desvinculada del establecimiento, situación que generó rechazo entre testigos y usuarios en redes sociales.
El empresario que lideró la colecta decidió recuperar el dinero y entregárselo personalmente fuera del local, gesto que se volvió viral y que desató una ola de comentarios en plataformas digitales. Además, inició una campaña de apoyo en línea para respaldar a la mesera, reavivando el debate sobre ética laboral, derechos de los trabajadores y reconocimiento al esfuerzo individual.
El caso ha puesto sobre la mesa preguntas sobre cómo deben manejarse las propinas en el sector gastronómico y hasta qué punto los empleadores pueden intervenir en decisiones que, para muchos, corresponden exclusivamente a la relación entre clientes y trabajadores.
–
Se el primero en dejar un comentario