
La violencia en la Sierra Nevada de Santa Marta vuelve a conmocionar al país tras la muerte de un adolescente de 14 años, presuntamente responsable del homicidio de la niña Shelsea Michel Navarro Ojeda, en el corregimiento de Mingueo, Dibulla. El joven fue torturado y decapitado por órdenes de alias Naín, conocido también como “el Bendito Menor”, quien además difundió las imágenes de la cabeza del menor como trofeo en sus redes sociales.
Naín es señalado por las autoridades como cabecilla principal de las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN), también llamadas “Los Pachencha”, una organización armada al margen de la ley con presencia en La Guajira y Magdalena. Su poder en la región ha sido advertido por líderes sociales, defensores de derechos humanos y fuerzas de seguridad, y las recompensas por información que conduzca a su captura han llegado hasta 500 millones de pesos.
A pesar de haber intentado presentarse como interlocutor en procesos de diálogo con el Gobierno, su historial delictivo es extenso y violento, vinculado a masacres y actos atroces cometidos por su estructura. Entre sus antecedentes se encuentra la investigación por la masacre de Punta de los Remedios, en septiembre de 2025, donde varias personas fueron asesinadas.
Además de su actividad criminal, Naín mantiene una activa presencia en redes sociales, especialmente Facebook, donde publica fotos y videos de retenes, capturas y operativos en la región. Este comportamiento le ha valido el calificativo de “narcoinfluencer”, ya que utiliza estas plataformas para mostrar poder y enviar advertencias a sus enemigos.
Tras el homicidio del adolescente, Naín publicó en su cuenta mensajes que detallaban la retención del joven por parte de la comunidad y su posterior ejecución, con comentarios que describen el crimen y celebran el castigo aplicado.
Por su parte, el coronel Salomón Bello Reyes, comandante del Departamento de Policía Guajira, indicó que los videos difundidos se encuentran como elementos de investigación y material probatorio, sin confirmar ni desmentir los hechos, los cuales están siendo procesados dentro de las indagaciones correspondientes.
Este caso vuelve a poner sobre la mesa la compleja situación de seguridad en la Sierra Nevada, donde el poder de grupos armados y la impunidad continúan siendo un reto para las autoridades y la sociedad civil.
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