
La justicia brasileña cerró oficialmente la investigación por la muerte de Livia Gabriele da Silva Matos, la joven de 19 años que perdió la vida tras mantener relaciones sexuales con el futbolista Dimas Cândido de Oliveira Filho, integrante del equipo sub-20 del Corinthians. La decisión fue tomada por la Fiscalía de São Paulo, que concluyó que no hubo delito, sino una fatalidad médica sin indicios de dolo o negligencia.
El trágico suceso ocurrió en el apartamento del jugador en el barrio Tatuapé, São Paulo. Según el testimonio del propio Dimas, la joven perdió el conocimiento durante el segundo encuentro íntimo. El futbolista llamó de inmediato a los servicios de emergencia (SAMU) y realizó maniobras de reanimación bajo indicaciones médicas, pero Livia sufrió cuatro paros cardiorrespiratorios y murió en el hospital.
Un informe forense determinó que la causa de muerte fue una hemorragia aguda provocada por una ruptura interna en la región pélvica. El estudio descartó el uso de drogas o alcohol y no se hallaron signos de violencia ni abuso. Según el informe técnico, la lesión pudo haber sido causada por un objeto contundente, posiblemente el miembro masculino durante el acto sexual, lo que apuntaría a un accidente sin intención de causar daño.
Durante la investigación, Dimas colaboró activamente con las autoridades, entregando su celular, permitiendo el acceso a sus redes sociales y acompañando personalmente a la víctima al hospital. El Ministerio Público resaltó su comportamiento como “responsable y cooperativo”.
Con base en las pruebas y el dictamen forense, la Fiscalía solicitó el archivo del proceso, afirmando que “la fatalidad fue definitivamente demostrada”. La decisión pone fin a un caso que captó atención mediática a nivel nacional y que, según las autoridades, no dejó dudas sobre la ausencia de responsabilidad penal del deportista.
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