Las tradicionales fiestas en corralejas de San Pelayo, realizadas entre el 3 y el 9 de diciembre de 2025, regresaron después de más de nueve años de ausencia. Sin embargo, lejos de generar entusiasmo, dejaron un sabor agridulce entre los aficionados taurinos y la comunidad.
Críticas de los asistentes
- Fechas inadecuadas: muchos señalaron que la programación no fue la más conveniente para la asistencia masiva.
- Altos costos: los palcos resultaron demasiado caros, lo que limitó la participación de sectores populares.
- Ubicación cuestionada: la logística y el lugar escogido no cumplieron con las expectativas de comodidad y seguridad.
- Toros de baja calidad: los animales presentados no estuvieron a la altura de la tradición taurina, generando decepción.
La fiesta, que debía ser un reencuentro con la tradición, terminó convertida en un “suplicio” para muchos asistentes, quienes expresaron alivio al ver concluido el evento. La falta de organización y la desconexión con las expectativas del público marcaron la celebración.
- El regreso de las corralejas evidenció que San Pelayo necesita replantear su modelo festivo si quiere recuperar prestigio.
- La comunidad insiste en que la identidad cultural del municipio está más ligada al porro que al toro, lo que abre un debate sobre el verdadero sentido de estas celebraciones.
- Para próximos años, se requiere ajustar fechas, reducir costos, mejorar la calidad taurina y escuchar a los aficionados, si se pretende que la fiesta vuelva a ser símbolo de orgullo y no de inconformidad.
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