“Ella sabía que lo único que me mataría era mi hija y lo hizo”: el desgarrador testimonio del padre de la niña asesinada por su madre

El país entero sigue conmocionado por el crimen que acabó con la vida de Antonella, una niña de apenas dos años y once meses, en Manizales.

Aunque las autoridades han iniciado el proceso judicial contra Silvana Torres, madre de la menor y señalada como responsable del homicidio, detrás del caso hay una voz que emerge entre el dolor: la de Juan Camilo López, padre de la pequeña.

Desde su casa, aún intentando asimilar el horror del pasado 26 de julio, Juan Camilo rompió el silencio. Con la voz entrecortada, aseguró que la tragedia no fue un arrebato, sino un acto calculado que tenía un objetivo claro: herirlo profundamente.

“Ella lo que hizo, lo hizo por hacerme daño a mí. La niña era mi vida entera, yo la amaba con mi corazón, y esa fue su venganza”, dijo con firmeza.

Según relató al diario La Patria, la relación con Silvana había comenzado con ilusión y cariño. La describe como una joven que, en un principio, parecía tener las cualidades de una buena pareja. Sin embargo, con el tiempo, las cosas cambiaron.

“Al principio todo era bonito, pero con los años fue distinto. Yo traté de mantenernos como familia, sobre todo por Antonella. Incluso vendí mi moto para hacerle un baby shower inolvidable. Caminaba desde el Sena para llevarle dinero para sus pasajes y sus vitaminas”, recordó Juan.

Pero tras el nacimiento de la niña, la convivencia se volvió difícil. Aunque él asegura que hizo todo lo posible por construir un hogar, afirma que la relación se tornó conflictiva y cargada de manipulación emocional.

“Ella sabía lo importante que era Antonella para mí. Me decía cosas hirientes, me presumía a otros hombres, solo para afectarme. Pero yo aguantaba todo por mi hija”.

Juan luchaba por estar presente en la vida de su hija, aunque las visitas eran restringidas y, en ocasiones, tensas. Relató que rara vez podía llevarla a ver a su familia, y que cada encuentro dependía del estado emocional de la madre.

“Solo rogaba por verla, por jugar con ella. Las videollamadas eran mi alivio. Yo solo quería estar con mi hija”.

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