La alegría y el bullicio que envolvían la tercera tarde de toros se apagaron de golpe con un grito que heló el aire, en el municipio de Fundación, Magdalena.
Jovanis Márquez, conocido por su valentía y destreza en la arena, había decidido enfrentar el reto más arriesgado: saltar por encima del toro. En cuestión de segundos, la escena se tornó dramática.
El animal, veloz y certero, lo alcanzó con una cornada en el costado izquierdo de su cuello, dejando a todos paralizados entre el asombro y el miedo. La fiesta se convirtió en silencio, roto solo por las voces desesperadas que pedían ayuda.
Tras la embestida, Jovanis fue llevado de urgencia al centro asistencial más cercano, donde los médicos lucharon contra el tiempo intentando salvarlo. Sin embargo, la herida era profunda y el esfuerzo fue en vano.
Su partida dejó un vacío en quienes lo conocieron y en quienes, minutos antes, lo aplaudían desde las gradas. Ese viernes que prometía emoción y tradición terminó marcado por la tristeza de ver caer a un hombre que, con cada paso en la arena, parecía retar al destino, sin saber que esta vez sería su último desafío.
Se el primero en dejar un comentario