
La violencia registrada en las últimas horas en el municipio de Amalfi, Antioquia, cobró la vida de Rafael Enrique Anaya Almanza, un joven patrullero natural de San Marcos, Sucre, quien residía en el barrio San Rafael I.
El uniformado falleció durante el ataque contra un helicóptero de la Policía Nacional, acción armada que las autoridades atribuyen inicialmente a disidencias de las FARC, aunque no descartan la participación de otras estructuras ilegales.
Los hechos hicieron parte de una jornada de violencia que también se sintió en Cali, Valle del Cauca, donde se reportaron explosiones y hostigamientos. En total, los ataques dejaron al menos ocho policías y varias personas más sin vida.
Desde el Gobierno, el ministro del Interior, Armando Benedetti, envió un mensaje de firmeza frente al terrorismo al asegurar que el Estado no permitirá que la intimidación se imponga sobre la ciudadanía.
Con la muerte de Anaya Almanza, Sucre vuelve a verse golpeado por la pérdida de uno de sus hijos, quien cumplía con su labor en defensa de la seguridad del país. Las investigaciones continúan para determinar los autores materiales e intelectuales de la arremetida violenta.
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