La nave fantasma de Santa Marta: sin tripulación, con cámaras y lista para traficar droga

Frente a las aguas cristalinas del Parque Tayrona, donde el Caribe suele regalar postales de tranquilidad, la Armada Nacional encontró una escena que parecía sacada de una película de ciencia ficción: un sumergible no tripulado, silencioso, gris y solitario, emergió como un fantasma de las profundidades.

No había rastro de tripulación, ni carga visible, pero su interior revelaba un poder oculto: cámaras de vigilancia, tecnología satelital Starlink y un sistema que permitía recorrer hasta 800 millas náuticas sin que nadie pusiera un pie a bordo.

No era una simple máquina; era una criatura moderna del narcotráfico, diseñada para burlar radares, fronteras y ojos humanos.

El hallazgo, realizado el pasado 1 de abril, sacudió a las autoridades por su nivel de sofisticación. Con capacidad para transportar hasta 1,5 toneladas de droga, este vehículo parecía haber sido creado no solo para evadir la ley, sino para inaugurar una nueva era del crimen transnacional: silenciosa, automatizada y letal.

Su presencia tan cerca de Santa Marta plantea interrogantes que aún no tienen respuesta.

Se el primero en dejar un comentario

Déjanos tu opinión

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


*