Laura Sarabia renuncia a Cancillería por desacuerdos con el Presidente Petro

Una decisión inesperada sacude al alto gobierno y abre un nuevo capítulo en la disputa por un contrato millonario.

La ministra de Relaciones Exteriores, Laura Sarabia, presentó este jueves su renuncia irrevocable al cargo, en medio de una controversia que ha sacudido el alto gobierno y que tiene como eje el nuevo modelo de expedición de pasaportes. La ahora exfuncionaria deja su puesto tras una serie de desacuerdos con el presidente Gustavo Petro, quien intervino directamente para revocar una decisión suya y redirigir el rumbo de este proceso contractual.

La renuncia se produce a menos de dos meses de que expire el contrato actual con la empresa Thomas Greg & Sons, encargada de elaborar los pasaportes. Sarabia, ante la falta de tiempo para implementar el nuevo modelo, había declarado una nueva urgencia manifiesta que permitiría prorrogar el contrato por once meses.

Sarabia, ante la falta de tiempo para implementar el nuevo modelo, había declarado una nueva urgencia manifiesta que permitiría prorrogar el contrato por once meses. Sin embargo, el mandatario anunció que el proceso pasará a manos de la Imprenta Nacional de Colombia, en alianza con la Casa de la Moneda de Portugal, a partir del 1 de septiembre.

En su carta de renuncia, Sarabia manifestó que su retiro es producto de una “reflexión profunda” y no de una diferencia menor. Reconoció su cercanía al presidente Petro, a quien acompañó desde el inicio del mandato en varios cargos estratégicos, pero recalcó que las recientes decisiones tomadas por el jefe de Estado no representan un rumbo que ella pueda ejecutar “por coherencia personal y respeto institucional”.

La salida de Sarabia, una de las funcionarias más cercanas al presidente, marca un nuevo capítulo en la crisis de los pasaportes y pone sobre la mesa las tensiones internas dentro del alto gobierno frente a temas clave de contratación pública. Aunque Sarabia dejó claro que mantiene una disposición al diálogo y al debate, su carta evidencia profundas diferencias que van más allá del trámite contractual.

Impacto político y repercusiones futuras

La renuncia también genera interrogantes sobre el rumbo de la Cancillería en un contexto internacional desafiante y en medio de reformas estructurales que aún no logran consolidarse. La cercanía política entre Sarabia y el presidente hacía de ella una figura clave en la articulación del gobierno. Su salida, por tanto, no solo representa un cambio de nombre en el gabinete, sino también un remezón institucional que podría tener consecuencias en las dinámicas internas del Ejecutivo. La Casa de Nariño aún no ha anunciado oficialmente quién asumirá el liderazgo del Ministerio de Relaciones Exteriores en este momento de transición.

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