
Lina Páez: una luz que se apaga en medio del dolor, pero deja huellas imborrables en Cereté
Profunda tristeza en Cereté por el fallecimiento de la joven odontóloga Lina Margarita Páez Soto, víctima de un trágico accidente de tránsito ocurrido este miércoles 9 de julio en el corregimiento Rabolargo.
La noticia cayó como un balde de agua fría en la comunidad del corregimiento de Rabolargo y en todo Cereté: Lina Páez Soto, una joven profesional de la salud, falleció de manera trágica en un accidente de tránsito mientras se dirigía en una motocicleta a cumplir, como siempre, su compromiso con el bienestar de la comunidad.
Lina era más que una odontóloga. Quienes la conocieron la recuerdan como una mujer llena de vida, energía, deportista, con mucha fe y sensibilidad. Siempre dispuesta a extender una mano, a brindar una palabra amable, a servir sin medida. Su sonrisa, su carácter servicial y su profunda espiritualidad la convirtieron en una figura querida por todos, tanto en el CAMU Prado Cereté, sede Rabolargo donde trabajaba en los barrios y corregimientos ejerciendo su vocación con pasión.
Según las primeras versiones, Lina se desplazaba en motocicleta junto a una auxiliar su compañera Leonor Nisperuza cuando, por causas aún bajo investigación, perdió el control del vehículo. En un fatídico giro del destino, un camión cargado de ganado terminó involucrado en el accidente, causándole la muerte inmediata. Su compañera resultó gravemente herida y fue remitida a Montería con trauma craneoncefálico y ventilación mecánica.
La noticia ha dejado un vacío inmenso en su familia, compañeros de trabajo, pacientes y amigos. “Era una mujer de oración, siempre conectada con Dios y con su comunidad. Daba sin esperar nada a cambio”, comentan entre lágrimas quienes compartieron con ella en vida.
Lina representaba a esa nueva generación de mujeres profesionales comprometidas no solo con su carrera, sino con transformar realidades. Su labor en el sector salud era solo una parte de su entrega: también era una hija amorosa, amiga fiel y pilar en su entorno familiar y comunitario.
En medio del dolor, Cereté y Rabo Largo no solo lloran la pérdida de una excelente profesional, sino la partida de una mujer buena, generosa y luminosa, cuya vida, aunque breve, fue profundamente significativa.
Las autoridades han iniciado las investigaciones correspondientes para esclarecer las circunstancias del trágico hecho y determinar responsabilidades. Mientras tanto, una comunidad entera despide a Lina Páez con oraciones, flores, y una promesa: no dejar que su ejemplo de amor y servicio se pierda en el olvido.
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