Hace exactamente un mes, el país contuvo la respiración tras el atentado que casi le arrebata la vida al senador Miguel Uribe Turbay. Hoy, tras más de nueve intervenciones quirúrgicas y una recuperación que ha conmovido a propios y extraños, el político del Centro Democrático no solo está vivo: está más fuerte que nunca y liderando la intención de voto para las elecciones presidenciales de 2026.
Según la más reciente encuesta de Guarumo y EcoAnalítica, Uribe encabeza la lista de precandidatos con un 13,7 % de favorabilidad, superando a figuras como Vicky Dávila (11,5 %) y Gustavo Bolívar (10,5 %). Su ascenso en las encuestas ha sido interpretado por analistas como una mezcla de resiliencia personal, respaldo partidista y una narrativa que lo posiciona como símbolo de fortaleza frente a la adversidad.
Aunque aún faltan meses para que se definan oficialmente las candidaturas, sectores del uribismo ya lo perfilan como el sucesor natural de Gustavo Petro en la Casa de Nariño. Su nombre resuena con fuerza en las bases del Centro Democrático, donde arrasa con un 74,4 % de apoyo interno.
Mientras continúa su proceso de recuperación, Miguel Uribe se ha convertido en una figura que despierta tanto simpatía como debate. ¿Será su historia de supervivencia el impulso definitivo hacia la presidencia?
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