Lo que debía ser el día más feliz de Ana María Peñaranda terminó en pesadilla. La joven confío en una empresa de eventos la organización de su boda y entregó más de $25 millones con la promesa de tener todo listo para el 16 de agosto.
Sin embargo, a solo un día de la ceremonia, recibió una impactante confesión: no había nada contratado ni adelantado. Ana María contó que firmó un contrato que incluía lugar, decoración, iglesia, mesa de postres, cócteles y hasta barra libre. Pero la organizadora, Beriiska Gómez, representante de la empresa Victoria Bodas y Eventos, le reconoció que no tenía dinero para cumplir con lo pactado.
Desesperada, a la novia le tocó buscar préstamos de última hora y organizar todo en menos de 24 horas para no cancelar su boda.
Este caso ya está generando reacciones de otras parejas que aseguran haber tenido experiencias similares con la misma empresa.
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