Polo Polo y Jerónimo Uribe se reúnen para salvar el país (o eso dicen ellos)

En medio del clima de polarización que atraviesa el país, el congresista Miguel Polo Polo se reunió con Jerónimo Uribe, hijo del expresidente Álvaro Uribe Vélez, en lo que ambos presentaron como un gesto de unidad y compromiso por “salvar a Colombia”. El encuentro, difundido con entusiasmo en redes sociales, parece responder más a una estrategia de posicionamiento político que a una verdadera agenda programática.

Polo Polo, una figura polémica por su retórica confrontativa y su cercanía ideológica al uribismo, ha buscado consolidarse como uno de los portavoces más visibles de la derecha joven. Jerónimo Uribe, por su parte, ha mantenido un perfil bajo, aunque cada tanto reaparece como símbolo del legado de su padre. Que ambos personajes se encuentren y hablen de “salvar el país” no debería sorprender: en Colombia, las soluciones a los problemas estructurales suelen plantearse desde el apellido y no desde el contenido.

Más allá del simbolismo del encuentro, no hubo mayores detalles sobre propuestas concretas o diagnósticos reales de la crisis social, económica o institucional que atraviesa el país. Se trató, más bien, de una fotografía cuidadosamente encuadrada que apela a un sector del electorado que aún busca referentes en discursos de orden, propiedad y tradición.

Colombia enfrenta desafíos urgentes: pobreza estructural, desigualdad, violencia territorial, crisis ambiental. Frente a eso, la idea de que la “salvación” venga de un congresista experto en polémicas y de un empresario con apellido histórico, pero sin experiencia en política pública, suena más a marketing que a política de Estado.

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