
En las calles soleadas de Chinú, Córdoba, nació el 28 de marzo un hombre cuya obra ha cruzado océanos y corazones. Se trata de Reynel Ramón Díaz Herazo, odontólogo de profesión y ortodoncista por especialidad, pero con el alma entregada a las letras.
Desde temprana edad, Díaz Herazo sintió una profunda conexión con las palabras. Ese vínculo se materializó en múltiples publicaciones en diarios, revistas y antologías, hasta consolidarse en su obra El aroma de las voces, un libro que le dio voz al poema como expresión del alma caribeña. Su talento como escritor no se limita al papel: fue el autor de la letra del himno del Colegio San Francisco de Asís, símbolo de identidad en Chinú.

Con una pasión que va más allá del consultorio, Reynel ha desempeñado roles vitales en la gestión cultural. Presidió la Casa de la Cultura de Chinú y es miembro parlamentario internacional del colectivo de Escritores y Poetas de Cartagena de Indias. Su compromiso con las artes lo ha llevado a tener menciones honoríficas, tanto a nivel nacional como internacional.
En Colombia, fue finalista del concurso de poesía “Casa de Poesía Silva”, organizado por el Ministerio de Cultura, mientras que en Canadá —específicamente en Toronto en 2019— recibió reconocimientos que posicionaron su trabajo en el radar internacional. Dos años después, en 2021, su cuento El silencio de los aguacates fue seleccionado entre más de 1.000 relatos de 36 países como uno de los 30 mejores en la Antología de Cuento publicada en El Salvador. La editorial no dudó en afirmar que Díaz Herazo “es el narrador más sólido que tiene Córdoba” en el cuento breve.
Hoy, Reynel deslumbra con su más reciente obra Monólogos de amor bajo la lluvia, que ha conquistado lectores en distintas partes del mundo. Un libro que, según críticos y amantes de la literatura, revela la intensidad emocional de un escritor que nunca ha dejado de hablar con el corazón de su tierra.
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