El domingo 5 de octubre, el teniente JAMC, oriundo del Putumayo, recibió el turno de control policial en la jurisdicción de la Metropolitana de Santa Marta, un servicio que debía cumplir desde las 7:30 de la mañana hasta la medianoche.
Durante esas horas, debía coordinar la operatividad general de la institución, mantener comunicación constante y responder ante cualquier eventualidad.
Sin embargo, a lo largo del día, el silencio fue total: no respondió llamadas, tampoco reportó novedades ni contestó el radio que le había sido asignado, generando preocupación entre sus superiores.
Fue cerca de las 11:20 de la noche cuando una mayor de la institución logró ubicarlo. El hallazgo sorprendió a todos: el oficial se encontraba vestido de civil, con el radio y el armamento oficial a su lado, pero bajo los efectos del alcohol.
La situación derivó en su captura inmediata y su posterior presentación ante la Justicia Penal Militar, donde enfrenta cargos por presunto abandono del puesto, un hecho que ha causado revuelo dentro de las filas policiales en Santa Marta
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