Una emergencia obstétrica se convirtió en una verdadera odisea para una familia en Montería, luego de que varias clínicas de la ciudad negaran atención a una joven en trabajo de parto, alegando que estaba afiliada a la Nueva EPS.
Según relató Ana María Martínez González, tía de la paciente, la mujer comenzó a presentar fuertes dolores, por lo que intentaron acceder a distintos servicios médicos sin éxito. “Ninguno nos aceptó, ninguno la quería atender porque somos de la Nueva EPS”, afirmó Martínez.
La situación se volvió crítica cuando los dolores aumentaron y el parto se acercaba, pues el personal de varias instituciones se negó incluso a registrar los signos vitales de la gestante. Ante la falta de atención, la familia se vio obligada a buscar un ginecólogo particular, pagando de manera urgente $2.500.000 para garantizar la asistencia del parto.
Afortunadamente, la joven dio a luz a un bebé sano y ambos se encuentran estables, pero el caso expone una grave falla en el sistema de salud local, que deja a los afiliados de ciertas EPS en vulnerabilidad frente a emergencias médicas.
Martínez denunció que, en Montería, “ni una clínica ni el hospital público tienen convenio con Nueva EPS”, situación que afecta a cientos de usuarios y evidencia la urgencia de garantizar el derecho fundamental a la atención médica sin discriminación por afiliación.
Este episodio pone sobre la mesa la necesidad de revisar los convenios entre EPS e instituciones de salud y de asegurar que los pacientes puedan recibir atención inmediata en situaciones críticas. Nota:es una imagen de referencia
Se el primero en dejar un comentario